+Arte –Lágrimas: el arte, como herramienta terapéutica

Al momento del diagnóstico, el cáncer representa importantes implicaciones y requiere, por supuesto, aproximación multidisciplinaria en la que se incluye la interacción de diferentes especialidades médicas, psicología y trabajo social. El personal asistencial, la familia y los mismos pacientes ocupan el 100% de la atención en la recuperación, así como resolver las necesidades que les plantea la enfermedad.

En algún momento las personas con cáncer y sus familias requieren un espacio que sirva de reflexión, en el que se pueda hacer un alto en el camino, sin que necesariamente se hable de su enfermedad. El arte puede ayudar a las personas a tomar una vía diferente para entender su realidad, a procesar pensamientos y sentimientos.

Los adolescentes con cáncer son personas especiales con requerimientos únicos y necesidades complejas. La enfermedad en esta edad es, particularmente, disruptiva debido a que ellos se miran en términos de su cuerpo: qué les duele y qué puede llegar a fallar, requiriendo el apoyo de los adultos en los momentos en que ellos buscan independencia. Es un reto que el cáncer no sea una interferencia en su necesidad de ser independiente, en el desarrollo de sus relaciones sociales y realización de planes para el futuro1.

En 2015 la Unidad de Cancerología del Hospital Pablo TobónUribe y el departamento de Artes Visuales de la Universidad de Antioquia crearon el programa Más Arte Menos Lágrimas, para brindar soporte a adolescentes y a sus familiares a través de espacios de expresión artística que reduzcan sus niveles de estrés, desplacen su foco de atención centrado en la enfermedad, hacia actividades expresivas que les permitan resignificar los espacios habituales del hospital y, a la vez, les genere optimismo, alegría y bienestar.

Teatro, música, dibujo y danza son actividades con las que se cambian lágrimas por sonrisas, se propician espacios agradables y, por un momento, se deja de lado la enfermedad.

Con muñecos quitapesares inspirados en Ramón preocupón, el cuento de Antonhy Browne, pacientes, familiares y personal de atención se reúnen para disipar angustias, para apoyar el proceso de tránsito y recuperación de la enfermedad.

 

 

JUAN FELIPE COMBARIZA M.D.
Jefe Unidad de Cancerología